J2 Día 20 Asakura-Fukuoka

Miguel y Juan durmieron bajo un techo. Yo preferí dormir en el césped, con la tormenta encima. Esa noche soñé que se inundaba todo el parque.... y casi, porque nos entró agua a los tres en las tiendas.



En las lavanderías de monedas existen una especie de microondas para secar la zapatillas (en verdad es un tubo de aire). Os tendré que contar algún día el maravilloso mundo de las lavanderías, porque al haber más gente, da pie al marujeo.


Camino de Fukuoka pasamos por un templo dedicado a un profesor que murió allí. La historia es que fue expulsado injustamente de Kyoto y se fue a vivir a Fukuoka (la historia es mas larga, pero eso lo buscáis en la wikipedia).






En el templo había calabazas ¿para aprobar? Pues a mi me recuerda que en Zipi y zape se daban calabazas por suspender. O igualmente podría ser las calabazas que me han dado a mi las mujeres, pero lo dudo porque veo pocas:


El "altar" del templo, como decía Juan, parece el escaparate de una tienda de moda: Todo dorado, con espejo sagrado, y muchas muchas cosas.

Uno de los carteles en el templo, donde se aprovechaba para vender cosas religiosas (vamos, como en España las figuritas de la virgen o cosas así), indicaba la venta de oraciones "para aprobar". servidor, como es profesor, no me sería lícito hacer esto, luego no compro.




Si un árbol crece en el templo, se deja el árbol:



Lo típico en Fukuoka es el ramen, que tiene este aspecto. Uno acaba hartito de tanta sopa mezcladas con tantas cosas, así que después de varios "rámenes", decidimos que si queremos mandar a freír vientos a alguien, sería más correcto decir "Vete a comer Ramen por ahí". Si os lo digo en España, ya sabéis de qué hablo.


Cosas curiosas: Esto es un palillo de dientes con la punta sabor a menta.


Como llegábamos temprano al albergue de Fukuoka, decidimos entrar en un centro comercial. PAra haceros una idea, las bicis plegables cuestan 12000 yenes.


Y de paso os cuento otras cosa: Las máquinas de bebidas tienen bebidas frías y calientes. Podéis saberlo porque debajo tiene una etiqueta azul de frío (tsumetai) o roja de caliente (atatakai)

Una cosa típica en Japón para los niños es ir a cazar escarabajos enormes. Aquí, en el centro comercial los venden (sí, vivos):


Horterada sin igual:


De vez en cuando te encuentras con edificios salidos de tono. Este es el Royal Chester. Y como estaba lloviendo, ni me dio tiempo a averiguar de qué iba la cosa.

Al llegar al albergue nos aseamos, fuimos a comer por ahí (a unos puestos callejeros) y después al super (que cierra a las 0:00) para comprarnos unos helados. Aquí veis a Godzilla pisoteando el super:


Sergio.

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