Japón día 47: Vuelta a casa

Durante el viaje era el Sol y las "marrrditas" cigarras lo que me levantaban. En el aeropuerto fueron las luces. Recogí mi "cama portatil" y me fui a esperar a que pudiese meter la bici en el avión.

Un avion de dos pisos de Lufhtansa, que no era el mío.

LO QUE ME DABA MIEDO: Fijo que me cobran una pasta.
QUÉ OCURRIO: Me querían cobrar una pasta por una maleta con bici de 40 kilos.

Es entonces cuando me dice la chica que tengo que pagar 150 €, le digo: "Tiene que haber un error, Aeroflot no cobra por las bicis ni en exceso de MEDIDAS ni PESO" y ¡zasca! le saco el papel imprimido directamente de la web. Ojo, si vais a llevar la bici, tened las espaldas cubiertas porque en todos los aeropuertos te quieren cobrar una pasta.

Y después de discutir un rato conseguí no pagar un duro más por la bici. A continuación la maleta que va en cabina: Os aconsejo vaciarla de cosas pesadas, luego que os la pesen, que os pongan la pegatina de "aceptada" y le meteis de nuevo todos los cachibaches pesados.

El viaje fue de 10 horas hasta Moscú y otras 4 hasta Madrid.

En este punto, y disculparme, se notaba que el segundo avión era de españoles. Y en esto siento vergüenza ajena. Son extremadamente ruidosos, poco respetuosos con los demás pasajeros. No es la primera vez que me ocurre: se nota siempre que hay españoles y yo no le veo la gracia, menos aún tacharlo de "alegría española".

Por ello, y como hice en Japón cuando me encontraba con españoles ruidosos, hable en inglés. A mi lado estaban 3 chinos: una chica que me contó que iba a España a hacer un master, otra que iba a vender las mochilas que hacía en China y un tercero que con el que hablamos de Mangas. Los tres me habían visto leer un manga en japonés y por eso me preguntaron si sabía leer kanjis.

Al llegar a casa, que fueron sobre las 0:00, me caí en la cama, pues tenía que levantar a las 7 para ir a clase en arquitectura.

Y dicho y hecho me tropecé otra vez con españoles (lógico): a la hora de conducir me acordé que poner el intermitente es avisarles de que quiero pasar y por ello NO ME VAN A DEJAR PASAR, por no decir que de cortesía poco.

En la escuela, me encuentro mucho filósofo de la paz, mucho "no nucleares", ecologistas y bohemios... pero a la hora de ver el patio o entrar en el baño, todo guarrísimo: la basura, si está en el suelo, bien está. ¿No resulta poco congruente?

Al hacer la compra en el super, otra vez contraste con Japón: la gente no te deja pasar, o intenta hacer las cosas antes que tu: por ejemplo la de ponerse delante de tu carro con prisas para coger las cosas que tu tambien quieres coger. No hablemos de la tensión a la hora de hacer cola y pagar.

Os lo digo sinceramente: este país necesita algo de altruismo. Me encanta el respeto a las demás personas, la amabilidad y el buen pensar hacia otros de Japón. No sé, y dudo que se pueda, hacer algo para que en este país en el que parece que la gente sólo se mueve por intereses propios y dinero, pisoteando a los demás.

Perdonad el discurso, es que he llegado, hierve la sangre y me siento impotente. Os debo comentar todavía algunas cosas sobre la bici.

La rueda trasera, la que soportaba 50 kilos de peso, acabó como podeis ver en la foto, en comparación con la llanta nueva que le he comprado:

Me di cuenta cuando la monté para dar la vuelta al anillo ciclista de Madrid (de 65 km): tanto peso la había desgastado. No me dí cuenta en Japón, pero hay que meterle a la lista de cosas una llanta de repuesto (no lo confundais con la cámara de aire, que tambien es necesaria).

La bici la volví a adaptar para usarla de forma ligera. Esto es volver a bajar la altura del manillar, para darle más estabilidad. El manillar lo subí para evitar el dolor de cuello para travesías largas. El sillín lo subí: en Japón lo tenía mas bajo para evitar el dolor de riñones.

Cambié los pedales de "pinchos" a los de anclaje: son los que anclas la zapatilla al pedal y no se mueve. Esto es bueno para evitar lesiones. Yo en Japón no lo anclaba por tener más libertad de movimiento, sobre todo con el peso que llevaba. Si anclas la zapatilla hay mas posibilidades de pegarte una piña por no poder sacar el pie del pedal.

Bueno, y con esto acaba mi aventura en bici por Japón. A partir de ahora daré vueltas por el anillo ciclista de Madrid, único lugar medio aceptable para ir en bici.

¿Y un próximo viaje? ¿En bici?

Hacer un viaje sólo es una experiencia impresionante. Ya habeis leído las cosas que me han pasado, que sólo podían pasarme en una travesía solitaria.

Pero para mí, ir sólo, es una cosa para hacer una vez en la vida. Es como subir el monte Fujisan: con una vez va que chuta, que la paliza es mucha (no lo he subido aún). Mi próximo viaje en bici quiero que sea acompañado.

Y digo esto porque no querré atravesar un país entero como ahora. Si vas acompañado es más lento y se deben tomar decisiones en conjunto. Tiene la parte buena que entonces sí que me pararía en las playas donde no me paré, me quedaría en sitios más tiempo o disfrutaría de la comida en un restaurante acompañado. Podría tener grandes charlas en los Ofuro o ir a ver una peli subtitulada y luego comentarla.

El peso de la maleta iría más repartido, ya que las herramientas y los mapas no tendrían que estar repetidos.

Pensando en un próximo viaje, si es por Japón, me encantaría hacerlo con un pase de tren de 21 días y con una bicicleta plegable. De esta forma me presentaría en los sitios más rápido y me saltaría esos tremendos días de "todo llano, ciudad y semáforos". Podría subir a los montes para bajarlos en bici.

Aparte, es muy recomendable conseguir internet por 3G. tener un mapa de la zona de Google Maps te dice los parques cercanos y puedes observarlo mejor con la foto satélite.

En fin, amigos, esto es todo. Si alguno va a hacer una aventura similar, estaría encantado de que me lo comentaseis y os ofrezco mi ayuda. No soy un profesional de este deporte, entiendo poco de bicis, cosa que no me ha quitado las ganas de hacer una aventura semejante. Para hacer esto sólo hay que echarle valor y -muy importante- aceptar gratamente los cambios instantaneos de planes.

ATREVEOS A HACER AVENTURAS FUERA DE LO COMÚN: ES ALGO QUE OS HACE SENTIR LIBRES, TOMAR VUESTRAS DECISIONES, SER DUEÑOS DE VOSOTROS. Y si podeis, haced locuras.

Muchas, ¡muchísimas gracias a todos por leerme!. どうもありがとうございます。
¡Hasta pronto! またね!

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Japón día 46: Koga y Narita

El plan es irse al aeropuerto a la noche para NO dormir y poder evitar el jetlag. Como por la mañana tenía tiempo, me fui al pueblo de Koga a ver el último edificio de arquitectura moderna en Japón que me tocaba ver.

Era domingo, los niños estaban en el colegio entrenando beisbol, que aquí es lo que se lleva:

Y mi objetivo es una pequeña cafetería realizada por Sanaa en un parque:




Y con esto ¡a volver a casa, que debo hacer la maleta!. Los motivos para irme un día antes al aeropuerto, a parte de evitar el jetlag, es que este día se me acababa el Japan Rail Pass, y si iba al día siguiente hubiese tenido que pagar unos 45 € para ir y encima con el miedo a llegar tarde.

Menos mal que era domingo, porque no sé cómo hubiese metido la bici en el tren si hubiese estado lleno de gente. Además, el tren que te lleva a Narita ESTÁ EN EL QUINTO INFIERNO en la estación de Tokio. ¡Oh mi pobre espalda!

Hace unos días hice una adquisición por 16 € OBLIGATORIA: un carrito para transportar la bici. Y no sabeis lo que lo he agradecido.



Ya en el aeropuerto -que tiene Wifi gratis- me dedique a escribir en el blog y a hablar con la gente. Pero cuando llegaron las 23:00 un guardia me dijo que tenía que irme ¡que el aeropuerto cerraba!. Pero oiga ¡que yo salgo por la mañana!. No sabía que el aeropuerto cerraba de 23:00 a 6:00.

El guardia me llevo a una zona especial, donde me encontraba con otras 10 personas que tambien se iban a quedar en el aeropuerto. A todos nos tomaron los datos: primero el personal del aeropuerto y luego la policía, ademas de comprobar que teníamos vuelo al día siguiente. Debo deciros que nos pidieron los datos con mucha amabilidad y respeto (¡qué diferencia de país, por favor!)

Yo que pensaba quedarme despuerto toda la noche... a las 0:00 me apagaron todas las luces. Apenas veía el teclado así que me "obligaron" a dormir. Todos estaban durmiendo sobre las incómodas sillas. Pero señores ¡yo tengo mi kit de "Duerme donde te plazca"! Así que saqué mi colchoneta autohinchable, el saco de dormir, las almohadas... y me monté mi camping dentro del aeropuerto. Mañana os cuento el despertar. Oyasuminasai!. ¡Buenas noches!


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Japón día 45: Mitaka

¡Hoy se levanta servidor a las mil para irse al MUSEO GHIBLI!

Ya sabeis, Totoro, Laputa, Arietty... no es un parque de atracciones, es un museo de cómo se hacen las animaciones.

Si quereis ir, comprad la entrada desde España y hacedlo con 3 meses de antelación. El cupo de entrada en el museo es limitado y lo respetan a rajatabla debido a la cantidad de niños que van. Olvidaos de conseguir entradas desde Japón.

Nada más entrar: fotos NO y te regalan un trozo de diapositivas de película.

El museo es entrañable, porque puedes pasar por muchas habitaciones, algunas de tamaño diminuto. Me monté en el gato-bus de mañores, porque el de niños (que es el que más mola) sólo es hasta 12 años... y no conseguí convencerles de que yo mentalmente tenía esos.

La azotea está dedicada a Laputa, la isla en el cielo. Ya se que suena mal, pero el nombre viene de los viajes de Gulliver, donde se habla de una isla que flota en el cielo con un gran campo magnetico. Ghibli tiene una película en la que aparece esa isla con estos personajes robots:




Y cuando no me pillase nadie, me senté sobre las urnas que aparecen en la película:


Me hubiese quedado a comer en la cafetería, donde las tartas eran de película ¡enormes! Pero había que hacer cola, así que lo dejé para cuando vuelva al museo, que será acompañado, seguro.

Para comer, ese día elegí los bollos chinos rellenos de carne que estan de muerte:



Y el resto del día me dediqué a ir a Akihabara, la ciudad electrónica, a buscar un manga "Nº1" que tenía encargado por un amigo. No suelo hacer encargos, pero en este caso se lo merecía por ser la persona que más me había ayudado en mi viaje.

Akihabara tenía pocas luces, debido a que Japón está ahorrando energía por lo de la central de Fukushima.
Y con esto, me volví a Saitama. Sohey me llevó un Ofuro público, de esos con tropecientas piscinitas de aspecto natural y temperaturas diferentes. Allí nos llevamos charlando lo menos dos horas... ¡si es que me he aficionado a los baños japoneses!.

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Japón día 44: Tokyo (Ginza)

Hoy sólo os puedo hablar de edificios importantes en la arquitectura y una salida que hice a Shibuya por la noche.

Me pateé la ciudad y descubrí un efecto secundario de ir en bici 40 días: andar me destrozó la espalda. Claro, ir en bici es ir sentado y te duelen las posaderas, pero el cambio a caminar erguido es mortal.

Empecé con Le Corbusier, que tiene un museo de arte occidental. Lo malo es que le han puesto diversos añadido y cambiado un poco la idea original:




Frank Lloyd Wright tiene una escuela para niñas escondida por el norte:

Y hablando de niños, el museo de literatura infantil internacional, cuya ampliación fue a cargo de Tadao Ando:


Y al ser un museo de niños, pues había niños por todos lados:

La catedral de Santa María, de Kenzo Tange. Este hombre era impresionante, no doy crédito a la modernidad de sus edificios frente a que fueron realizados hace 50 años. Se trata de una planta en cruz que no lo parece tanto en alzado.

Un paseo por Ginza, centro de negocios con altos rascacielos y millones de ejecutivos vestidos igual. Al lado otra zona comercial de tiendas super-pijas.

Toyo-Ito con un edificio rosa:


El italiano Renzo Piano. Este es otro fuera de serie:


De vez en cuando, a lo lejos, el Sky Tree de Tokio, un "bicho" de más de 600 m a prueba de terremotos:

Kumiko Inui se monta un edificio de Dior:


En la zona de negocios, el famoso (y en decadencia) hotel cápsula:

Por última, Waseda el Dorado. Una especia de edificio estilo Gaudí ultrarrecargado, como podeis ver en el detalle de sus pasillos:


Con esto me volví a casita, para quedar con Sohey e irnos de fiesta a Shibuya. Alli quedamo con Sumire, una chica que había vivido cuando era pequeña 12 años en canarias. Al conocerla le dije "¿te saludo a lo japonés o a lo español?". Eligió en español, y Sohey se sorprendió del atrevimiento... es que en Japón no se ven muchos besos, de cualquier manera.

Nos fuimos a un bar. Debeis saber que no estan a pie de calle. Te metes en un edificio y eliges planta. Cada planta da directamente al bar.

Después, apareció Yoisho (no es su nombre, pero es una forma de decir en japonés que es amigable con todo el mundo). Personaje que me encantó, y que más tarde nos llevo a lo alto de un rascacielos para mirar el Tokio nocturno:

Y lo que más me gusta, hacer alguna foto chorra desde esa altura:

Con esto acabamos en la discoteca Camelot. Aquí a las discos les llaman "Club" y a Sohey le tuve que explicar que un Club en España era algo diferente que mejor no preguntar por ellos.

Volvimos a la mañana siguiente, en el primer tren que salía, porque al igual que en Madrid, aquí el tren no funciona por las noches.

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Japón día 43: Tokyo-ShinShiraoka

Hoy no os voy a contar mucho. Porque casi no hice fotos. Cogí la bici y me piré del albergue para irme a ShinShiraoka, una ciudad de chalecitos al norte de Tokio.

Por el camino, como se visten algunas or aquí, todo a juego con Hello Kitty (ARG!!!)

Y el metro sólo para mujeres. Lo indica ese cartel morado:



Al llegar a Shinshiraoka conocí a Sohey, que me iba a dejar estar en su casa por 3 días. Es un chico muy majo, le gusta acoger a espaoles porque su principal labor de estudiante es aprender español. Y sabe bastante.

Por la noche nos fuimos a cenar a un restauante japonés en Omiya. Yo les deje que eligiesen por mi porque sólo soy experto en comer en konbinis!!! XD

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Japón día 42: Tokyo (Omotesando)

Hoy toca coger la bici por Tokio, y usar la brújula GPS para localizar edificios. Principalmente por la parte de Shibuya. Aun siendo el centro, de vez en cuando tenía barreras para el tren:


Ví decenas de edificios. No os voy a poner todos por no aburrir, pero el caso es que me maté pedaleando. Una muestra:



Estos son de Tadao Ando:




Sanaa, pequeña casa:

Uy, y en medio me encuentro el Restaurante El Tio. Sólo me faltaba entrar, decir ¡Ole! y taconear. Very flolkloric in the night.



Zaha Hadid:
Sanaa otra vez:

Edificio Prada, de Herzog De Meuron:
AO Aoyama Building de Sakakura Associates:

Toyo Ito:


Audi Forum:


Por el camino me tropecé con Shibuya. Imagen muy típica en los mangas y zona de marcha:

Kenzo Tange:
Sanaa:




Ya veis que me pasé todo el día bici para arriba y abajo por la zona Oeste de Tokio. Mañana me iré a Saitama, a casa de Sohey. Y para eso iré en bici hasta la estación y la guardaré para no volver a sacarla más en Japón. En este punto debo deciros que mi marcador era de 2450 km realizados en Japón. Si le pones que me lleve algún que otro día con el marcador esropeado, debo haber superado los 2500 km. ¡Más de dos veces cruzar España! ARGGG!!

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