Japón día 38: ImutaIke-Kagoshima

Qué quereis que os diga... me gustó tanto el sitio donde acampé, que me quedé otra hora desayunando y viendo como el amanecer cubría con la sombra de las montañas el paisaje.


Esto me recordaba al juego Simcity, que consistía en construir una ciudad a vista de pájaro. En la montaña de enfrente estaba el lugar donde los parapentes aterrizaban.

A la derecha podía ver la montaña de 1000 m que bordeé ayer:

Y hoy no se veían los volcanes de Sakurajima porque estaban envueltos en nubes:


Con esto, bajé a la caldera del volcán a ver el lago. Ahora es un paraiso con Onsen y gente pescando.






Quise bajar por otro lado distinto al de la subida para ver cosas nuevas, con lo que tardé una hora en recuperar el camino que iba a seguir. Pero mereció la pena.

Antes de empezar a subir montaña, un señor me paró y me regaló dos aquarius, diciendome que los iba a necesitar...

El siguiente puerto de montaña fue bestial, ya que era de mucha pendiente, no tenía apenas arcén y me dolía todo el cuerpo de la paliza del día anterior. Durante la subida ví este monte que, a sus pies, tenía un Tori, lo que supone que al subir habría un templo... pero yo tenía bastante con subir lo que estaba subiendo:

Se me hizo interminable hasta pasar el puerto, a partir del cual fueron 15 km de bajada. Tenía que frenar mucho porque estaba alcanzando la ¡velocidad absurda! (por lo menos para mi bici).



Al llegar a Kagoshima me dirijí a la estación del Shinkansen, el tren de alta velocidad. Es el ultimo punto donde debía canjear el Japan Rail Pass (Equivalente al Interrail de Europa, solo que permite trenes de alta velocidad). Allí estuve explicandole a una señorita la extraña ruta que seguiría para que me diera los billetes (todo en japonés, mira tú qué cosa). Decidí no ir directamente a Tokyo y pasar por una ciudad que ya os contaré más adelante.

En la estación había un parking de bicis. A él se accedía mediante una rampa-ascensor de bicis: frenas y esta arrastra la bici. Como si de un coche se tratara, debía sacar el ticket para luego pagar por aparcar.

Y ya en Kagoshima me dirigí a lo que yo quería: los volcanes de Sakurajima. El nombre sería "la isla del cerezo", pero desde 1914 ya no es isla, sino península, ya que su erupción unió el volcán con la isla de Kyushu mediante una colada de lava que duró varios meses. Actualmente tiene más de 500 erupciones cada año. Para más datos, pues es interesante, aquí en la Wikipedia.

Como está activo, echa gases. Aquí veis las fotos a medida que me alejo. Por cierto: existe un albergue juvenil a sus pies, para los aventureros de la lava.


Y esta vez me fui a un parque donde sí me quedé en el camping, porque por 500 yenes me parecía aceptable de precio, tenia ducha calentita sin pagar más y encima me daban una tienda propia (no tenía que montar la mía, ya estaba colocada). Además, como estaba enfrente del zoo, parecía que estaba durmiendo entre elefantes, guepardos y demás fauna rara debido a sus aullidos.





RUTA:


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1 Comentarios・コメント・COMMENTS:

Xanday 10 de septiembre de 2011, 16:08  

Me encanta el sitio del principio. Algún día tengo que ir y lanzarme con un ala delta ^^ XD

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