J2 Descanso en Kyoto
A mi me resultaba más divertido hacer cosas raras. Como... comprar Doritos de colores raros: negros y verdes.
O ver detalles como los canales de agua, preparados para pasear si hay poca agua o inundarse si hay mucha:
Visitar pequeñas tienda, como las del estudio Ghibli en Kyoto:
Nos volvimos a encontrar con Miguel (si os acordáis, él nos acompañó parte de la ruta en bici, de Kyoto a Fukuoka), que vive en Kyoto y nos llevó a un barrio de carácter antiguo y a un templo construido en una montaña muy empinada:
Y nos llevó a cenar Yakiniku (carne frita) en el restaurante ChiFaJa. Te traían toda la que quisieras, y la vas poniendo en un hornillo que hay en la mesa. Muy recomendable.
Como veis, hay restaurantes españoles también (al lado de un konbini):
Y graaaandes galerías comerciales:
Otro día hicimos cosas que me gustan mar: ir a comer a la universidad de Kyoto, que ademas tenía estas preciosas vistas:
Vimos otro templo, el de plata. Como broma, tenía censurado a Juan a un templo por día, ya que hay millones y más en Kyoto.
Y bueno, también subimos a Fushimi Inari: Si, esa montaña llena de Toris hasta su punto más alto. Tardamos hora y media en recorrerla. Cuando os pueda os pongo un vídeo a cámara rápida que hicimos.
Por si os mola, los precios de poner Toris:
Incluso una profesora de Osaka nos pidió practicar inglés con sus alumnos:
Más tarde fuimos a la estación de Kyoto. Es realmente un mundo de tiendas. Creo que necesitaría 3 dás enteros para centrarme en recorrer todas las tiendas. Tremendo: 15 plantas de altura, una arquitectura horrible, parques en cubierta, galerías de tiendas bajo las carreteras de Kyoto... otro mundo.
Hasta un español le dió por poner una tienda con este nombre:
Y como andábamos cansados, el último día de "turismo" compramos en un "konbini" y nos fuimos al albergue. Aquí me veis con una bola china llena de carne, con forma de doraemon. Por cierto en DORAEMON, con E, y no con I... que me veo miles de millones maldiciendo "Doraimon".
El nombre de Doraemon viene a ser malamente contado una unión entre "Dorayaki",que es un bollo relleno de anko (una pasta de judías) y -emon, que viene a ser una especie de sufijo de "dios". Y no, los dorayakis no son de chocolate: lo que veis en España es un invento.
Hala, ¡buenas noches!
Sergio.
Read more...